El 27 de marzo, en el sur de Santiago, un niño de la comuna
de Puente Alto, nota que un perro callejero jugaba con un pie humano que al
parecer había encontrado en un basural cercano.
Al día siguiente del extraño descubrimiento, la PDI (Policía
de Investigaciones), cerca del sector, encontró la cabeza de la victima que
presentaba dos impactos de bala de 9mm, cortes en el rostro y la nariz
removida. Así comenzó el hallazgo de mas partes, el 29 de marzo se encontraron
los brazos sin manos, al día después se descubre su pie izquierdo, el 2 de
abril se hallan dos manos con las huellas digitales arrancadas, y por último al
día siguiente una mujer, en la comuna de San Bernardo, encontró el torso de la
víctima con sus vísceras y glúteos removidos dentro de un contenedor de basura.
Para dar con su nombre, se debió realizar un arduo trabajo,
que finalizo arrojando que la víctima estaba registrada en los archivos de
gendarmería.
El día 6 de abril de 2006, la Policía confirmo que el nombre
de la víctima era Hans Hernán Pozo Vergara, conocido como “el rucio” o “el
julipi”. Pozo presentaba antecedentes por hurto y robo, era drogadicto y
manifestaba conductas homosexuales. Su vida no fue nada fácil, desde muy
pequeño fue abandonado y vago por distintos hogares, y su adicción a la paste
base lo terminó por dejar en la calle.
Luego de una gran indagación, se da con el principal
sospechoso de este homicidio Jorge Iván Martínez Arévalo, dueño de una
heladería, se presumía que el cuerpo descuartizado de Hans había sido
conservado en un refrigerador industrial, coincidiendo de esta forma, de manera
perfecta con Martínez.
La tarde del 8 de abril del 2006, el grupo O.S.9 se presentó
en la heladería para realizarle una entrevista. Según carabineros, el sospechoso
corrió hacia su dormitorio y se suicido de un disparo en la cabeza. Versión que
los familiares refutan, alegando así que los funcionarios de Carabineros fueron
los que dispararon contra Jorge.
Existen variadas versiones del porqué de este asesinato,
según la carta de Martínez a su esposa, el asegura que Hans lo extorsionaba,
porque era su hijo bilógico, esto resultó no ser verdad, luego de una prueba de
ADN, después de la muerte de ambos. También existe la versión que el presunto
asesino, en privado mantenía tendencias homosexuales, por lo que pagaba a
jóvenes para satisfacer sus deseos.
EL 3 de mayo de 2006, el grupo O.S.9 de Carabineros
recolectó muestras biológicas en la heladería de Martínez, allí se detecto una
mancha de sangre que había sido lavada. Ésta correspondía a Pozo y así se
dedujo que el cadáver había estado en ese lugar después de recibir los impactos
de bala.
Finalmente, este caso queda en la memoria colectiva,
provocando grandes reflexiones de como la crueldad vive en quienes menos
imaginamos. Éste caso causo grandes conmociones en todo el país, inspirando
libros, obras de teatro, etc.